miércoles, 6 de abril de 2011

El argumento de la primera causa

Desde el inicio de la historia de la humanidad, uno de los enigmas que más ha intrigado al hombre, ha sido la creación del universo y el inicio de los tiempos.

Desde polos opuestos han llegado diversas teorías sobre la creación del universo y de la humanidad; por una parte, la ciencia ha buscado empíricamente una explicación racional a la creación y evolución de este mundo. La cosmología física ha hecho los principales aportes en este campo por medio de la teoría del big bang, el estudio de singularidades espacio-temporales y las pruebas de colisión de partículas que buscarían reafirmar los planteamientos teóricos. Por otro lado, la religión ha propuesto el creacionismo, como doctrinas que atribuyen la creación de todo lo existente a un ser superior y muy a pesar de las numerosas religiones que existen hoy en día, los planteamientos ideológicos de ellas coinciden en algo: el argumento de la primera causa o el argumento cosmológico.

El argumento de la primera causa plantea que todo cuanto vemos en este mundo tiene una causa, y que al ir profundizando en la cadena de las causas llegamos a una primera causa, y que a esa primera

causa le damos el nombre de Dios.

Rehilete (1967) de la cartagenera Cecilia Porras, en mi concepto, pretende representar ese argumento cosmológico de la creación del universo por parte de un Dios. Porras, se inició pintando escenas religiosas para satisfacer las creencias religiosas de su padre, y Rehilete confirma su intención de plasmar en lienzo, su verdad.

La pintura es en óleo, y muestra una silueta aparentemente humana con una especie de vara (rehilete) de la cual se desprende una policromía de rojo, verde y amarillo que simboliza el inicio de todo lo que hoy conocemos.

Por otro lado, desde el inicio de la religión y el auge del racionalismo, miles de escépticos han criticado el argumento de la primera causa considerándolo vacio y falto de bases lógicas que lo apoyen.

Por lo general, desde el nacimiento, el hombre nacido en un núcleo familiar o ambiente fundado en la fé de un Dios, acepta implícitamente el argumento de la primera causa.

Aún así, muchos de quienes lo aceptaron en sus primeros años ahora lo critican e invalidan. La pregunta ‘¿Quién lo hizo?’ no puede responderse, ya que casi inmediatamente nace la pregunta ‘¿Quién hizo a Dios?’.

La idea principal de los críticos es que si todo tiene una causa, entonces Dios debe tener una causa. Si puede haber algo sin causa, igual puede nacer el mundo sin una causa aparente, por lo que no hay validez aparente en el argumento de la primera causa.

Una primera aproximación a La creación de Sofía Urrutia, es la apariencia de un mundo aparte al nivel de Dios.

Esta pintura en acrílico sobre lienzo, da la impresión de que Dios no fuera solo un creador, sino también un creado. Las montañas y el agua a su alrededor, inspira a pensar en que hay algo que también está a su nivel, que no está solo y por tanto, es inevitable concluir que no es el único.

Ambas obras, tanto la de Cecilia, como la de Sofía (ambas mujeres creyentes), me inspiraron a pensar en una divergencia ideológica entre las pinturas que probablemente no exista, pero que hizo volar mi imaginación hasta tal punto que llegué a pensar que dos obras en lienzo expuestas en una misma sala, hechas ambas por mujeres, nacidas en un mismo continente, parlantes de un mismo idioma, pudieran estar relacionadas inversamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario